5 de octubre de 2017 a las 13:04
ANTECEDENTES
Con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), la Agenda global hasta 2015 cumplió muchas de sus metas a nivel nacional. Si bien los ODM unieron al mundo en torno a una agenda común para abordar la pobreza, la labor no ha finalizado para millones de personas que se han quedado atrás en el proceso de desarrollo. Diversos problemas e inequidades existentes a nivel territorial que afectan la calidad de vida de la población, permanecen vigentes. La pobreza, el empleo, la vivienda, la educación, la salud, el medio ambiente, las dinámicas de género y ciclos de vida, se expresan a nivel local primariamente y demandan atención y acción cercana de sus autoridades.
Esta toma de conciencia ha dado lugar a una especial atención a la dimensión territorial en la nueva Agenda 2030, a la que falta dar un nuevo impulso con una Agenda Global Territorial para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La nueva agenda es importante para el ámbito local dado que los ODM han tenido resultados importantes en prácticamente todos los países (con avances en cada uno de los ocho objetivos) pero hay diferencias al interior de éstos. Si bien la mayoría de los países han conseguido las metas de los ODM y aun las han superado, las diferencias e inequidades a nivel interno, territorial, a nivel subnacional, son evidentes. Se debe partir de la base de que no se conseguirá avanzar en los ODS si no se consigue territorializar sus objetivos. Hay conciencia de que es necesario hacer un esfuerzo mayor en todas las dimensiones y los Gobiernos Locales, crecientemente, vienen incorporando en sus agendas los ODS articulados con sus programas de gobierno, de forma participativa y relacionada a políticas sectoriales y territoriales.
El documento “Implementación de la Agenda para el Desarrollo después de 2015. Oportunidades a nivel nacional y local” (Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2014) al cual adhirieron 169 países, destaca la importancia vital de lo territorial para avanzar en los objetivos de desarrollo. La elaboración de ese documento se realizó a través de Diálogos que destacaron la importancia del enfoque territorial para el desarrollo humano y como estrategia concreta, pragmática, transversal y complementaria de las políticas nacionales de desconcentración y/o descentralización de muchos países. Los ODS requieren de un mayor enfoque multinivel y multisectorial, basado en las necesidades y capacidades locales, y de un análisis de contexto que permita a los sistemas de gobierno absorber y generar el cambio deseado. Además, requieren de una comprensión más sofisticada de los contextos institucionales locales y los externos, así como de las complejas relaciones que vinculan al Estado y la sociedad en el ámbito local (PNUD, 2016)