Por: Lic. José Estevez Castillo, Jefe Qhapaq Ñan Bolivia, Unidad Nacional de Arqueología del Viceministerio de Desarrollo de Culturas.
Introducción: El Qhapaq Ñan fue la expresión tangible de un gran proyecto político de las sociedades andinas del pasado que tuvo como objeto la integración social, política y económica de gran parte del territorio andino que hoy conforman 6 países (Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, Chile y Perú). Sobre base de la experiencia milenaria andina, su traza y construcción responde al desafío que plantearon las comunicaciones, la interacción, el manejo y la articulación de uno de los territorios más desafiantes del orbe, con una de las mayores diversidades étnicas, lingüísticas, culturales y biológicas. En este marco, el Qhapaq Ñan en Bolivia adquirió especial relevancia debido a que comunicó y articuló a importantes grupos étnicos que perduran aún en el presente con una gran diversidad de técnicas, pensamientos, mitos, tradiciones, música, gastronomía y costumbres que conviven armoniosamente con la naturaleza andina.
Una revisión de los documentos del siglo XVI, los informes de los viajeros, los estudios precedentes y las prospecciones arqueológicas realizadas nos permiten situar a todos los caminos prehispánicos de Bolivia en seis regiones claramente diferenciadas en cuanto a su relieve topográfico, su fisiografía y ecología. El Qhapaq Ñan en su recorrido atraviesa un inmenso espacio territorial que hoy conforma siete de los nueve departamentos de la geografía nacional. Las investigaciones dieron como resultado la construcción de la red vial prehispánica en Bolivia con dos ramales principales que rodean la región circun1acustre de11ago Titicaca y se dirigen hacia el sur hasta el sitio de Calahoyo, frontera con la Argentina. De estos ramales se desprenden varios otros caminos que fueron hechos para conectar importantes e inmensas zonas agrícolas, sitios defensivos para el avance inca hacia el oriente, zonas de explotación minera y hasta centros de adoratorios. La longitud aproximada del Qhapaq Ñan en el siglo XVI llegaba nada menos que a 6.950 kilómetros.